Preparación para empezar el PROYECTO GOAT
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ALIMENTACIÓN – La despensa y la lista de la compra

¿Qué alimentos hay en tu despensa y en el frigo?
Muchas veces nos centramos en banalidades y nos olvidamos de aspectos centrales como estos, pues al final: comemos lo que tenemos a mano,
lo que tenemos en nuestra nevera, en nuestro frutero, en nuestro frigorífico.

Por lo tanto, el primer paso para empezar a cuidarnos, es dejar de comprar aquellos alimentos que no son saludables. Ya sabemos que no
deberíamos tener fácil acceso a:

  • Dulces y galletas
  • Bollería
  • Chocolate
  • Ultraprocesados
  • Carnes rojas y embutidos
  • Carnes procesadas (albóndigas, hamburguesas, perritos calientes…)
  • Snaks, patatas fritas…
  • Bebidas energéticas o azucaradas
  • Lácteos azucarados
  • Helados
  • Salsas
  • Comida rápida o precocinada
  • Bebidas alcohólicas


  • En cambio, deberíamos tener a mano la mayoría de los alimentos saludables que ya conocemos. Siendo conscientes de la cantidad que
    necesitamos, y su fecha de caducidad, para no aumentar el desperdicio de alimentos, especialmente de los alimentos frescos, como la fruta y la
    verdura…

    Deberíamos tener en nuestra despensa un amplio abanico de alimentos saludables y no perecederos, tales como legumbres, frutos secos sin sal,
    aceites saludables como aceite de oliva, cereales integrales (arroz, trigo, avena), harinas integrales.

    Y en menor medida, pues son alimentos perecederos, pero que por lo tanto tendremos que comprar con una frecuencia semanal, o incluso diaria:
    frutas, verduras y legumbres.

    Aunque existen magníficas técnicas de conservación como las latas y las conservas, o el congelado, que nos permiten disponer de estos alimentos
    durante todo el año. Deberemos procurar que estos alimentos superen los filtros de calidad, y sean realmente alimentos saludables. Legumbres
    con verduras, hortalizas congeladas, conservas de tomate. Y no abusar de frutas en almíbar ni mermeladas, que contienen demasiados azúcares
    añadidos, y los convierten por lo tanto en alimentos menos saludables que la fruta entera. Por lo tanto la fruta, debemos consumirla fresca, a ser
    posible entera, y más de 3 raciones al día. Recuerda que entre frutas y verduras deberíamos consumir 5 o más raciones al día. “ de verduras y 3 o
    más de fruta.

    Para realizar una buena compra, existen numerosas estrategias que van a minimizar que compremos alimentos que no queremos o no
    necesitamos.
  • Planificar la lista de la compra, llevarla cuando compremos, y cumplirla. No añadir productos innecesarios, y mucho menos,
    ultraprocesados.
  • Convertir la compra en un hábito: planificar los días a la semana concretos en la que haremos la compra.
    Además, podemos procurar comprar productos de cercanía, y que tengan menos impacto ambiental. Por ejemplo, mirar que sean legumbres
    nacionales (y no del otro lado del Atlántico), comprar más en el mercado o pequeñas tiendas, y menos en el supermercado, etc.
    Una vez tengamos una despensa saludable, será mucho más fácil que nuestra alimentación también lo sea. Aunque hay muchas estrategias
    adicionales que nos pueden ayudar a cumplir con nuestros objetivos de salud. Por ejemplo, si comes menos fruta de la que te gustaría, puedes
    poner fruteros en sitios estratégicos de la casa, para que te recuerden que la fruta es sanísima, y que la puedes comer a cualquier hora del día.
    Te recordamos de nuevo la lista de los alimentos saludables y los alimentos no saludables, para que no se te olvide los alimentos que deberías
    tener en casa, y cuáles no.

    *introducir tabla de alimentos saludables/no saludables
  • Estrategias para organizar una despensa saludable: La lista de la compra

    Por lo tanto, una gran estrategia que tenemos para minimizar el impacto que pueda suponer en nuestra salud tener alimentos deletéreos cerca, es
    realizar una buena lista de la compra, una lista de la compra saludable, con alimentos locales y basados en alimentos vegetales.

    Evita salir a comprar sin ella, pues minimizarás el papel que juega la improvisación en tu dieta.

    Planifícate en base a tu menú semanal, en base a los nuevos hábitos alimentarios que quieres integrar. Y procura ser un promotor de salud en tu
    entorno cercano, que tu familia u amigos se beneficien también de tu nuevo estilo de vida.