No vamos a engañarnos, cuando una ola de sentimientos se cruza en nuestro camino, echamos un vistazo, decimos no y buscamos la Playstation, o Netflix, o la cama, o una tableta de chocolate. Cualquier cosa que pueda protegernos de la tormenta de depresión, ansiedad, soledad, ira, culpa, dolor o cualquier otra emoción con la que no tengamos ganas de lidiar en ese momento.
Pero siendo conscientes desde el punto de vista de una buena salud mental, debemos darnos cuenta que estas estrategias de escape no son un gran mecanismo de afrontamiento; de hecho, a menudo es muy contraproducente.
Cuando estamos ocupados adormeciendo nuestros sentimientos, estos se alimentan y crecen poco a poco sin que nos demos cuenta. Así, cuando terminas de ingerir ese exceso de calorías o de ver Netflix o lo que sea que estabas haciendo para adormecerte, y reconectas con tu interior, dices: espera un minuto, estos sentimientos son peores que antes. Eso es porque les diste todo ese tiempo y espacio para aumentar el espacio que ocupan en nosotros.
Entonces, ¿cuál es la alternativa? Bueno, para empezar hay que aceptar y dar espacio a nuestros sentimientos, aunque no es tan simple como parece. Los terapeutas tendemos a decir “siente y acepta tus sentimientos” como parte simplificada de un proceso de varios pasos para reconocer y manejar tus emociones de una manera saludable, a menudo conocida como regulación emocional. Sentir un sentimiento tiene dos partes, la presencia de la emoción en primer lugar, y luego está la elección que haces: ¿Quiero lidiar con esta emoción o quiero ignorarla?
Desarrollar formas de dar tiempo y espacio a nuestras emociones difíciles es especialmente importante, si no tenemos práctica en tolerar la incomodidad y aprovechar los sentimientos difíciles de manejar en algo manejable, es muy probable que lo pasemos realmente mal.
Así, vamos a considerar estos consejos para abordar nuestras emociones de frente.
Identificar cuáles son nuestras conductas de huida habituales
Vamos a hablar sobre qué hacer en lugar de adormecer nuestros sentimientos, por lo que es importante saber que este adormecimiento se ve diferente para todos. Básicamente, es cualquier cosa que haces de forma intencionada o inconsciente para evitar enfrentarte a tus sentimientos. A menudo se presenta en forma de algún tipo de distracción, pero no siempre.
El entretenimiento envolvente (como los videojuegos y la televisión) son opciones clásicas, al igual que el alcohol, las drogas y la comida. Pero hay algunos comportamientos más furtivos que quizás no te des cuenta de que estás usando para adormecer tus emociones. El estar ocupado es muy importante, llenas tu calendario y dices: ‘Estoy demasiado ocupado para sentir algo en este momento, tengo demasiadas cosas de las que preocuparme’, o te entrometes en los asuntos de otras personas, ofreciendo apoyo y consejos para evitar enfrentarte a tus propios problemas.
Obviamente, puede ser difícil trazar la línea entre lo que es “saludable” y lo “no saludable”, pero sé sincero con lo que crees que podría ser tu manera de adormecer tus sentimientos.
Identifica tus sentimientos
Puede sonar extraño, pero muchas personas no tienen el hábito de investigar sus emociones cuando se presentan, simplemente hacemos un juicio rápido sobre lo que está sucediendo o incluso lo ignoramos. Pero dado lo complejas que son las emociones, nos hacemos un flaco favor al no tomarnos un momento para nombrar lo que estamos experimentando y por qué.
Por esa razón, el siguiente paso para trabajar con esos sentimientos que consideramos molestos es explorarlos, identificando lo que está pasando en nuestro cuerpo y teniendo en cuenta qué desencadenó la emoción y cómo lo describirías.
Sea lo que sea, explóralo con curiosidad y no con juicio y si ayuda, escríbelo.
No juzgues tus sentimientos
Es difícil, pero trata de ejercitar la autoaceptación y convive con el sentimiento sin criticarlo, sin acumular otros sentimientos como sentirte culpable. Recuerda que los sentimientos no son hechos, sentir algo no lo convierte en verdad y, a menudo, son contradictorios. Cuando no juzgas un sentimiento, te das permiso para sentirlo realmente, lo que a menudo es algo que muchos de nosotros no nos permitimos hacer.
Cuestiona qué te dicen esos sentimientos
Pon en práctica tus observaciones para ayudar a descubrir cómo afrontar el problema. Las emociones son adaptables y útiles para nosotros, identificarlas te ayuda a reconocer lo que podrías necesitar en ese momento y te permite actuar en función de esas observaciones.
Preguntar qué está tratando de decirte una emoción puede llevarte en muchas direcciones útiles e iluminadoras. Podría decirte algo tan simple como “Necesitas alejarte un poco de las redes sociales”, o algo más grande o más profundo, como “Necesitas investigar más a fondo por qué todo te está irritando últimamente, tal vez sea algo de lo que hablar en terapia esta semana “.
Encuentra una manera de expresar el sentimiento de manera consciente y segura
La mejor manera de responder a una emoción una vez que la hayamos identificado y descomprimido será diferente para cada persona. Muchas veces, una buena estrategia es expresar la emoción de alguna manera en lugar de mantenerla dentro de ti.
¿Necesitas hablar de ello con un amigo? ¿Necesitas escribirlo en tu diario? ¿Necesitas llorar a gusto? Cualquier cosa que te ayude a sentir que estás superando la emoción.
Esa es otra razón por la que esta práctica es tan importante: nos permite elegir cómo expresar nuestras emociones de manera consciente y segura en lugar de desahogarnos con los demás o caer en patrones destructivos.
Concéntrate en las sensaciones físicas
Las sensaciones físicas a menudo son antídotos útiles para una fuerte angustia emocional, de hecho, la conexión mente-cuerpo es un elemento central de nuestro bienestar.
Hacer ejercicio o salir al aire libre son dos formas comunes de lidiar con un sentimiento negativo fuerte, pero si esas no son lo tuyo, hay otras formas de aprovechar las sensaciones de tu cuerpo para regular las emociones, como darte una ducha caliente, escuchar música relajante, poner velas aromáticas…
Se inteligente e intencional en el uso de distracciones
Las distracciones pueden ser útiles si los sentimientos son abrumadores, si sientes como si estuvieras atrapado en un bucle, rumiando y sintiéndote peor, definitivamente deberías encontrar algo para distraerte.
La diferencia clave entre adormecer tus emociones y una distracción útil es cómo te sientes después. Entonces, si tienes miedo de regresar al mundo real o encuentras que tus emociones empeoran y no mejoran, probablemente sea una señal de que estás en el lado menos útil de las cosas.
Con demasiada frecuencia superponemos la culpa a nuestro comportamiento y terminamos sintiéndonos peor, no porque la distracción fuera mala para nosotros, sino porque nos juzgamos demasiado por disfrutarla. Así que … disfruta de unas horas de televisión si lo necesitas.
En definitiva, podemos decir que al igual que muchas personas se condicionan para responder a las emociones fuertes huyendo de ellas, si practicamos enfrentarnos a ella, eso también comenzará a convertirse en una nueva estrategia y en un hábito. No eliminará todo el malestar de las emociones que consideramos como negativas, pero hará que sea más fácil lidiar con ellas.
Además de hacer la vida un poco más fácil día a día, estas habilidades pueden ayudarnos a desarrollar un sentido más profundo de regulación emocional, algo que es imperativo para nuestra salud mental a largo plazo. La conciencia emocional y saber cómo manejar esos sentimientos pueden ser de gran ayuda para mejorar nuestra resiliencia, y son las personas que realmente luchan contra sentir sus sentimientos las que terminan pasando un momento difícil.
Por lo que dales espacio, tiempo y comienza a integrarlas como parte de tu vida.
Referencias
Bisquerra, R. (2001). Educación Emocional y Bienestar. Barcelona: Praxis.
Goleman, D. (1996). Inteligencia Emocional. Argentina: Javier Vergara Editor S.A.