Introducción
El corazón es uno de los órganos más importantes del cuerpo: hace latir sus aurículas y ventrículos para impulsar la sangre que nutre de oxígeno y energía a todas las células de nuestro cuerpo. Suministra nutrientes a todos nuestros músculos, huesos y tendones. Se encarga de recoger la sangre que vuelve a él por las venas para volver a lanzarla a los pulmones a un ritmo variable: normalmente entre 50 y 200 latidos por minuto. Dependiendo de las exigencias de oxígeno y nutrientes. Dependiendo de las señales hormonales y los neurotransmisores. Dependiendo del ambiente: de si nos persigue una fiera salvaje, o nos cruzamos la mirada con la persona que amamos.
¿Es el corazón el órgano del amor?
Tradicionalmente, en nuestra sociedad occidental se ha relacionado al corazón con la parte sentimental y amorosa. Todavía hoy es habitual escuchar frases como “me ha robado el corazón” o “tengo el corazón roto” y habitualmente se responsabiliza al miocardio de las decisiones y sentimientos amatorios, como cuando afirmamos con rotundidad: “haré lo que el corazón me dicte” o “hay que escuchar al corazón” (con esto último, los entrenadores y profes de E.F. nos referimos a contar las pulsaciones, pero el resto de la población se refiere a dejarnos llevar más por nuestros sentimientos).
No obstante, el miocardio no es el único órgano relacionado con el amor. A veces hacemos alusión al aparato digestivo, como cuando decimos “tengo mariposas en el estómago” y es que es un constructo social, que varía de una sociedad a otra. Para los bereberes, el hígado es el órgano del amor, y no tanto el corazón, como ocurre con el resto de Occidente.
En cambio, para los más racionalistas la cuna del amor y los sentimientos amorosos, estará en el cerebro, que es donde se producen los pensamientos y todo lo relacionado con nuestra parte racional: incluso el amor.
La poesía
Un poema son solo versos
con rima,
vivencias, sentimientos, que
el papel cobija
reflejo que alguien ve,
y escribe; reflexiones
pero la poesía es
más ambigua señores
métrica, recursos: herramientas
sin fornido albañil se manejan
y hay siempre dos capataces,
uno es el que late
y otro es el que piensa.
Antigua, como las matemáticas
o la guerra,
excelsa, como la música
aunque no tenga letra
diferente
no sólo por la letra
o el pincel
sino por los ojos
o las yemas
de los dedos de aquel
que no puede ver.
Luis Aguilar Salmerón. Poemas de juventud (2018).
Bien, pues uno de esos dos capataces es -indiscutiblemente- el corazón.
La salud cardiovascular en el amor
Para tener una buena relación (tanto amorosa como de cualquier otro tipo), necesitamos disponer de un adecuado estado de salud. Y en esto el corazón goza de un lugar primordial, pues es clave en el mantenimiento de nuestro fitness cardiovascular. Colabora con el sistema cardiovascular, músculos, pulmones, tendones y hematíes para poder satisfacer nuestras demandas físicas, nuestras exigencias tanto físico-deportivas, como las de la vida diaria.
Y en esto, la evidencia científica acumulada sobre el tema es abrumadora. Una buena salud cardiovascular influye en muchos determinantes de salud: mejor percepción del estado de ánimo, salud psicosocial, mejor composición corporal, una adecuada regulación glucémica y homeostática del cuerpo, etc.
Además el entrenamiento cardiovascular también influye en nuestra composición corporal: nos ayuda a mantener un peso saludable, y a sentirnos bien con nosotros mismos. Esto último es un aspecto importante y necesario para comenzar cualquier relación. De lo contrario suelen surgir conflictos y problemas. Necesitamos sentirnos a gusto con nosotros mismos para estar bien con otra persona.
El síndrome del corazón roto
Aunque al hablar de que tenemos el corazón roto lo hacemos de una forma simbólica, realmente existe el Síndrome del corazón roto, también conocida como miocardiopatía de Takotsubo, la cual es una afección en la que el músculo cardíaco se debilita repentinamente, generalmente debido a un estrés emocional o físico severo.
Este síndrome hace que el ventrículo izquierdo del corazón cambie de forma y se agrande, lo cual debilita el músculo cardíaco y significa que no bombea sangre tan bien como debería. Puede desarrollarse a cualquier edad, pero por lo general afecta a más mujeres que hombres y a diferencia de otras miocardiopatías, no es hereditaria.
Los síntomas a menudo pueden sentirse similares a los síntomas de un ataque al corazón, como pueden ser dolor de pecho repentino e intenso, dificultad para respirar, palpitaciones y sentirse enfermo.
La causa del síndrome del corazón roto aún no se comprende por completo, pero para algunas personas, estar emocional o físicamente angustiado puede desencadenarlo, ya que los cuerpos de algunas personas reaccionan al estrés de esta manera. Sin embargo, también se ha encontrado que algunas personas experimentan Takotsubo después de un evento feliz como una boda, una reunión o un nuevo trabajo, aunque se estima que alrededor del 30 por ciento de las personas no podrán identificar el desencadenante específico que causó la afección
El síndrome del corazón roto suele ser temporal, ya que muchas personas se recuperan por completo y su corazón vuelve a la normalidad en unas pocas semanas, aunque en otras ocasiones el corazón puede cambiar permanentemente de forma y es posible que continúen experimentando síntomas como cansancio, dolor en el pecho y falta de energía. Aproximadamente 1 de cada 10 personas que han tenido miocardiopatía de Takotsubo la desarrollan nuevamente después de haberse recuperado.
Como este síndrome es generalmente causado por un desencadenante angustioso, se recomienda acudir a un psicólogo durante y después de su recuperación.
Emociones que aceleran nuestro corazón
¿Te ha ocurrido alguna vez que de repente sientes un dolor en el pecho, el corazón se te acelera, no puedes recuperar el aliento, y piensas que estás teniendo un ataque al corazón? Algunas personas sí lo han experimentado, y es que estos síntomas de ansiedad clásicos a menudo se confunden con un ataque cardíaco, y por una buena razón. La agitación emocional desencadena la liberación de hormonas del estrés, que actúan en las mismas áreas del cerebro que regulan las funciones cardiovasculares, como la frecuencia cardíaca y la presión arterial.
La ansiedad suele viajar en compañía de sus secuaces: el estrés y la depresión. De hecho, la ansiedad y la depresión probablemente sean expresiones diferentes de una biología subyacente compartida. Hasta dos tercios de las personas con trastornos de ansiedad también sufren depresión en algún momento de sus vidas, y más de la mitad de las personas con depresión también tienen un trastorno de ansiedad. El estrés implacable a largo plazo puede ser un precursor de ambas condiciones.
La relación entre la salud del corazón y la depresión ha sido investigada, y cada vez hay más evidencia del vínculo entre la ansiedad y la enfermedad cardíaca. En particular, las personas que tienen un trastorno de ansiedad parecen sufrir tasas más altas de ataque cardíaco al igual que otras afecciones cardíacas, y el efecto es más pronunciado en personas que ya tienen un diagnóstico de enfermedad cardíaca, cuyo riesgo aumenta con la intensidad y frecuencia de los síntomas de ansiedad.
Los trastornos de ansiedad pueden cambiar la respuesta de estrés del cuerpo, la combinación de reacciones hormonales y fisiológicas que ayuda a todos los animales a luchar o huir de una amenaza real. De esta forma, las personas con trastornos de ansiedad tienen altibajos inapropiados que pueden causar presión arterial alta, alteraciones del ritmo cardíaco o un ataque al corazón. Las personas con ansiedad también tienen niveles bajos de ácidos grasos omega-3, y los niveles más bajos pueden estar relacionados con un mayor riesgo de enfermedad cardíaca.
La conexión entre la ansiedad y la salud del corazón también viaja en la otra dirección. Es probable que un diagnóstico de problemas cardíacos aumente la ansiedad inicial de una persona. Además, las personas ansiosas también pueden haber adoptado hábitos poco saludables (como fumar o comer en exceso) que aumentan el riesgo cardíaco.
Aún queda mucho por aprender acerca de cómo la ansiedad afecta al corazón, pero sus efectos nocivos, junto con el estrés y la depresión, no deben ignorarse.
Amor y sexo
A veces, deliberadamente o por conveniencia, tendemos a confundir ambos términos o usarlos como sinónimos, cuando no necesariamente tienen que ir de la mano.
Aunque para el acto sexual y el sexo, es también conveniente gozar de buena salud cardiovascular (es quizá incluso más importante que para los asuntos amatorios; o al menos, el sexo suele demandar más energía y capacidad física); no podemos olvidar que ambos, tanto el amor como el sexo pleno, están inscritos en todas las definiciones de salud y estilo de vida saludable.
Una vez señalada esta obviedad, conviene apuntar las diferentes concepciones de amor y sexo que existen entre las personas. Lo cual, al ofrecer tan variado abanico de posibilidades, nos es imposible detenernos en todas ellas, y solamente diremos que el respeto por las concepciones, tanto del amor y del sexo en cada persona, va a ser lo que nos permita avanzar en la búsqueda de la salud plena, tanto individualmente, como en sociedad.
El segundo aspecto, una vez aclaradas y respetadas las posturas individuales de cada cual (siempre y cuando no infrinjan la libertad ni dignidad de otras personas) tanto en el amor como en el sexo, podemos avanzar hacia esa búsqueda plena de la felicidad, el amor y la salud.
Todo es cuestión de valores, pero el respeto, la confianza y la sinceridad se tornan esenciales cuando hablamos de asuntos del corazón, cuando hablamos de amor, y cuando hablamos de sexo.
Conclusiones
En definitiva, podemos afirmar que el corazón es uno de los principales órganos vitales. Muchas sociedades, incluso consideran que alberga el alma de cada uno de nosotros. Es símbolo de amor, de tristeza, de honestidad, de miedo y de todas esas emociones que forman parte de nuestro día a día… El corazón, cuyo nombre proviene del latín cor, es una estructura perfecta que hace circular la sangre a través de nuestro cuerpo, y sin él no podemos vivir.
Cuidar por lo tanto de nuestro miocardio, es un hábito saludable que nos proporcionará calidad de vida, felicidad y nos mantendrá alejados de numerosas enfermedades: nos permitirá disfrutar de la vida plenamente, del sexo, de nuestros seres queridos… Ya sabemos que está íntimamente relacionado con las enfermedades cardiovasculares, los infartos, la hipertensión arterial, y otras muchas enfermedades metabólicas; pero además, el corazón podría estar ligado al Alzheimer y a la disfunción cerebral temprana así como otras muchas patologías de la mente. Una vez más, no debemos tratar al cuerpo como si fueran compartimentos estancos: el corazón forma parte de nuestro cuerpo; pero debemos vislumbrarlo de una manera integral y holística para alcanzar a comprender el papel que tiene en nuestra salud. Porque la salud es un concepto tan multifactorial y que depende de tantos parámetros, que abordarla únicamente desde un sólo punto de vista, sería sesgado y parcial. Aunque lo hagamos con el corazón.
No se equivoca Alejandro Santoyo cuando bautiza su último disco: “El corazón es un órgano de fuego”.
El corazón y el amor están íntimamente relacionados, ya que ambos son justos, dadivosos, generosos y equitativos, y constituyen nada menos que el principio y el fin de nuestras vidas. Es gracias a sus latidos por lo que podemos tener una vida plena y saludable. Por lo tanto, comencemos a cuidarlo y a prestarle la atención que se merece. De esta forma nuestro amor será un amor sano y auténtico. Y sus aurículas tendrán un motivo claro por el que merezca la pena seguir latiendo.
Bibliografía
Aguilar Salmerón, Luis (2018). Poemas de juventud. Albacete: Uno editorial.
Guerri, Marta (2014). Inteligencia emocional. Una guía útil para mejorar tu vida. España: Mestas Ediciones.
R. Bietry, A. Reyentovich, S.D. Katz. Clinical management of takotsubo cardiomyopathy. Heart Fail Clin., 9 (2013), pp. 177-186.
Sobre los autores:
2 comentarios
B R U T A L el artículo que habéis elaborado Rebe y Luis. ¡Una pasada!
Fisiología vs Romanticismo. Pincelando todos los detalles y el toque de la poesía, ¡espectacular!
¡Gracias!
Sí… un enfoque diferente y compilatorio para ese día tan especial que es para los enamorados el 14 de Febrero.