El problema del alcohol, como señalamos en el libro Hábitos saludables, es uno de los más graves que tenemos como sociedad actualmente, y el hecho de que sea una droga legal, y esté bien visto su consumo por parte de ciertos sectores moderacionistas (y por una parte importante de la sociedad en definitiva), no ayuda a solventar el problema.
Basulto y Mateo ya apuntaron algunos efectos perjudiciales del consumo de alcohol en su más que recomendable libro titulado secretos de la gente sana:
– El alcohol es, después del tabaco, una de las principales causas individuales de mortalidad prevenible en España, y es la sustancia que más problemas sociosanitarios ocasiona en nuestro país (violaciones, agresiones, accidentes de tráfico, suicidios…).
– El consumo de alcohol aumenta el riesgo de sufrir unas sesenta enfermedades y trastornos diferentes: lesiones, trastornos mentales y del comportamiento, afecciones gastrointestinales, cánceres, ECV, enfermedades pulmonares, musculoesqueléticas, trastornos reproductivos, daño prenatal, mayor riesgo de parto prematuro, bajo peso al nacer…
– El alcohol es el tercero de veintiséis factores de riesgo de la mala salud en la unión europea, superando al sobrepeso y la obesidad y sólo por detrás del tabaco y la hipertensión arterial.
Un informe de la OMS titulado Global status report on alcohol and health 2018, destaca por otro lado que:
– El alcohol a menudo se consume antes, junto con, o después de otras sustancias psicoactivas, y la comorbilidad de la dependencia del alcohol y el tabaco es fuerte y está evidenciada.
– Alrededor de 2,3 mil millones de personas son bebedores habituales. El alcohol es consumido por más de la mitad de la población en solo tres regiones de la OMS: América, Europa y el Pacífico occidental.
– A nivel mundial, el 44,8% del alcohol total registrado se consume en forma de cubatas o bebidas espirituosas. El segundo tipo de bebida más consumida es la cerveza (34.3%), seguida del vino (11.7%). Y los mayores cambios tuvieron lugar en Europa, donde la proporción del consumo total registrado de bebidas espirituosas disminuyó en un 3%, mientras que la del vino y la cerveza aumentó.
– En todo el mundo, más de una cuarta parte (26.5%) de los jóvenes entre 15-19 años son bebedores, lo que supone 155 millones de adolescentes. Las mayores tasas de consumo actual de alcohol corresponden a Europa (43,8%), América (38.2%) y el Pacífico Occidental (37,9%). Las encuestas escolares indican que, en muchos países, el consumo de alcohol comienza antes de los 15 años, con diferencias muy pequeñas entre niños y niñas.
– A nivel mundial, el alcohol fue responsable del 7,2% de todas las muertes prematuras entre personas de 69 años o menos en el año 2016. Los jóvenes se vieron afectados desproporcionadamente por el alcohol en comparación con las personas mayores, y se puede causar al alcohol del 13,5% de todas las muertes de jóvenes entre los 20-29 años de edad.
– Se estima que el alcohol es responsable de la muerte prematura de 3 millones de personas en 2016.
Basulto y Cáceres, incansables divulgadores obstinados en derrocar el mito de que la copita de vino es buena para el corazón, nos recuerdan en su último libro que cada año mueren 780.381 personas por enfermedades cardiovasculares atribuibles al consumo de alcohol. Y que 10 gramos de alcohol –lo que equivale a una copa de vino o a una cerveza– aumentan el riesgo de cáncer de mama entre un 7 y un 12% y el de colon un 7%, y para otro tipo de cánceres como el de boca o faringe, el riesgo es superior. Por lo que no hay una cantidad de alcohol que pueda considerarse segura: el alcohol es tóxico y el agua debe ser la bebida de referencia. Y nosotros tampoco nos cansaremos de repetirlo en cualquier foro.
Como destacan Rehm y colaboradores en 2020, el consumo de alcohol es uno de los principales factores de riesgo en el desarrollo de cáncer y la causa de muerte por cáncer. Se estima que en la actualidad el consumo de alcohol está detrás de más del 14% de las muertes por cáncer en personas de entre 30 y 34 años.
La aceptación del consumo de alcohol hoy día, y su asociación a conductas de ocio y esparcimiento, especialmente entre los jóvenes, hace que las estrategias enfocadas a reducir y prevenir el consumo de alcohol, sean unas de las más importantes en materia de Salud Pública. Por lo que antes de comenzar, o continuar consumiendo alcohol, plantéate seriamente una reducción, y si es posible, una eliminación de esta sustancia tóxica y cancerígena de tu dieta.
Bibliografía:
Aguilar, L., Hábitos saludables. Los hábitos que más influyen en tu salud. Colección LAS Salud, Albacete, 2020.
Basulto, J., y Cáceres, J., Dieta y cáncer. Barcelona, Ediciones Martínez Roca, 2019.
Basulto, J., Mateo, M.J., Secretos de la gente sana. Barcelona, Random House Mondadori, 2012.
OMS/WHO, «Global status report on alcohol and health 2018», 2018. Disponible en: http://www.infocoponline.es/pdf/alcohol-salud.pdf.