¿Qué es la vigorexia?
La vigorexia es un trastorno en el que una persona se preocupa constantemente por parecer demasiado pequeña y débil. Las personas con vigorexia sufren el problema opuesto de alguien que necesita tratamiento para la anorexia. Otros nombres comunes para la vigorexia incluyen dismorfia muscular y anorexia inversa. Las personas con este trastorno no son frágiles ni subdesarrolladas en absoluto y por lo general tienen una gran masa muscular. Un ámbito común donde poder ver a muchas de estas personas sería en competiciones de culturismo, donde pueden mostrar su extrema masa muscular, aunque esto no implica por supuesto que todos los culturistas sufran este trastorno.
La vigorexia es una forma de trastorno dismórfico corporal (TDC) y está relacionado con el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC). Las personas con dismorfia muscular se obsesionan constantemente con sus imperfecciones, lo que distorsiona aún más la percepción que tienen de sí mismas. La insuficiencia que sienten las personas con anorexia inversa afecta muchas áreas de la vida, desde las relaciones personales hasta la salud física y emocional. Tal insatisfacción con la imagen corporal es común en las personas con trastornos de la conducta alimentaria (TCA), razón por la cual tantas personas buscan tratamiento para los trastornos alimentarios.
¿Quién sufre vigorexia?
Tanto hombres como mujeres pueden verse afectados por este trastorno, aunque los hombres son más susceptibles. Los que van al gimnasio y los culturistas son otros posibles candidatos para la dismorfia muscular. De hecho, aproximadamente el 10% de los hombres que son obsesivos en el gimnasio tienen este trastorno.
Aunque generalmente se asume que los trastornos alimentarios son un “problema de mujeres”, los hombres de hoy en día están cada vez más insatisfechos con sus cuerpos, lo que contribuye al aumento de personas con dismorfia muscular. De hecho, un gran porcentaje de hombres consideraría los implantes de pecho para obtener pectorales más grandes, con un número aún mayor completamente insatisfecho con su cuerpo en general. Una de las razones por las que la vigorexia puede ser un trastorno difícil de identificar es por el estereotipo común de que se supone que los hombres son grandes y fuertes.
Factores de riesgo
La dismorfia muscular se ha investigado en gran medida en el contexto de las poblaciones que van al gimnasio, pero ¿pueden otros entornos deportivos desempeñar un papel en su desarrollo?
Nadie sabe exactamente qué causa el TDC. Sin embargo, investigaciones recientes sugieren que hay una serie de factores de riesgo diferentes que podrían significar que es más probable que experimente TDC, como:
- Abuso o intimidación
- Baja autoestima
- Miedo a estar solo o aislado
- Perfeccionismo o competir con otros
- Genética
- Depresión, ansiedad o TOC
Abuso y acoso
Experimentar abuso o intimidación puede hacer que desarrolles una imagen negativa de ti mismo y puede llevarte a tener obsesiones con tu apariencia. Esto es particularmente cierto si experimentas abuso o intimidación cuando eres adolescente, cuando puedes ser más sensible acerca de tu apariencia o cómo está cambiando tu cuerpo.
Baja autoestima
Si tienes baja autoestima, es posible que te obsesiones con los aspectos de tu apariencia que deseas mejorar. Esto es más probable si le das mucha importancia a cómo te ves, o si sientes que tu apariencia es lo más valioso de ti.
Miedo a estar solo o aislado
Si te preocupa no encajar en un grupo de amigos o sentirte solo, puedes desarrollar patrones de pensamiento que pueden conducir a TDC. Por ejemplo, si crees que necesitas verte de cierta manera para mantener amigos o encontrar una pareja, puedes desarrollar preocupaciones destructivas sobre tu apariencia. Situaciones estresantes como romper una relación o cambiar un grupo de amigos, podría empeorar tus preocupaciones.
Un pensamiento común o testimonio de alguien que se encuentra ante este trastorno podría ser: “Hubo tantas veces en las que me miré en el espejo y simplemente lloré. O pensé que me veía bien, pero dos segundos después siento que todo sigue mal”.
Perfeccionismo o competir con otros
Si tratas de parecer físicamente ‘perfecto’ o comparas regularmente tu apariencia con la de otras personas, es más probable que desarrolles TDC. Si tienes un pasatiempo o un trabajo que se centra mucho en tu cuerpo, por ejemplo, el modelaje, culturismo o gimnasia, puedes correr un mayor riesgo.
Genética
Cierta evidencia sugiere que el TDC es más común en personas cuyos familiares también tienen TDC. Pero es difícil saber si los síntomas, como creer que estás desfigurado o mirarte con frecuencia en el espejo, se heredan de los genes de tus padres o se derivan de su comportamiento.
Depresión, ansiedad o TOC
Las personas con otros problemas de salud mental, específicamente depresión, ansiedad y TOC, también tienen más probabilidades de tener TDC. Pero no está claro si la depresión, la ansiedad o el TOC son la causa del TDC, o si el TDC es la causa de estos problemas de salud mental.
Cómo reconocer si se sufre vigorexia
Aunque en ocasiones es complicado diferenciar la fina línea que separa el interés y disciplina en cuanto a una rutina de ejercicios y culto al cuerpo, podemos encontrar algunos síntomas que pueden indicar que sufrimos dicho trastorno:
-Mirarse frecuentemente en el espejo.
-Mantener una dieta estricta, rica en proteínas y baja en grasas.
-Usar ropa holgada para ocultar el tamaño del cuerpo.
-Uso de esteroides u otros productos para el culturismo.
-Faltar a eventos sociales, faltar al trabajo e ignorar a la familia para hacer ejercicio.
-Evitar situaciones en las que el propio cuerpo pueda estar expuesto.
-Hacer ejercicio incluso estando lesionado.
-Usar cantidades excesivas de complementos alimenticios.
-Nunca estar satisfecho con la masa muscular del cuerpo.
-Mantener métodos de entrenamiento extremos.
Riesgos/complicaciones de la vigorexia
Algunos problemas que pueden surgir como resultado de este trastorno incluyen:
-Músculos, articulaciones y tendones dañados.
-Odio a uno mismo.
-Malas relaciones, vida social afectada negativamente.
-Interferencia con el trabajo y la escuela.
-Incapacidad para relajarse sin preocuparse constantemente por el juicio de los demás.
-Depresión, suicidio.
-Efectos peligrosos de los esteroides y otras drogas para el culturismo.
Para aquellas personas que sufren vigorexia y se encuentran luchando contra la depresión, es de vital importancia buscar un tratamiento y ayuda de profesionales en el ámbito de salud mental. Estos profesionales, así como los centros de tratamiento de trastornos alimentarios, pueden ser muy beneficiosos para alguien con vigorexia.
¿Cuál es el tratamiento para la dismorfia muscular?
Los tratamientos para la dismorfia muscular incluyen principalmente psicoterapia y educación. El problema es lograr que las personas con dismorfia muscular reconozcan que necesitan este tipo de tratamiento.
En muchos casos, las personas con dismorfia muscular no quieren o no pueden admitir que tienen un problema. Las personas a menudo rechazarán todas las sugerencias referente a que obtengan ayuda para su salud mental, y muchas de ellas, querrán probar la cirugía plástica en su lugar.
A veces, las personas con este trastorno pueden ponerse a la defensiva y enojarse cuando se les confronta. Incluso pueden retirarse por completo de los amigos o familiares que intentan señalar un posible problema.
Por ello, la mejor manera de ayudar a alguien de quien se sospecha que tiene algún tipo de trastorno dismórfico corporal, es hablar con ellos al respecto sin confrontación y mostrar una actitud de escucha activa y sin juicios para que se sientan libres a la hora de expresar como se sienten.
¿Cómo pueden ayudar los amigos y la familia?
Puede ser molesto y frustrante ver que las preocupaciones obsesivas y los comportamientos compulsivos de un ser querido afectan su vida cotidiana, pero hay una serie de cosas que puedes hacer para apoyarlos:
–Acepta sus sentimientos: los amigos y la familia pueden ayudar mucho simplemente aceptando los sentimientos de la persona y reconociendo que les resulta difícil sobrellevarlos. Si bien es posible que no comprendas sus preocupaciones sobre su apariencia, es importante reconocer que estos sentimientos son muy reales para ellos. Trata de evitar juzgarlos como ‘vanidosos’ o ‘egoístas’.
-Ofrece espacio para hablar: Puede ser particularmente difícil para alguien que experimenta vigorexia reconocer y hablar sobre sus pensamientos, especialmente si los encuentra vergonzosos, pero hablar puede ser un primer paso para buscar ayuda.
–Ofrece tu apoyo con el tratamiento: Si la persona está en proceso de tratamiento, ya sea por su cuenta o con un terapeuta, es posible que puedas apoyarla con esto, por ejemplo, podrías ir a sesiones de tratamiento con ellos.
–Ofrece apoyo práctico: ayudar con el cuidado de los niños o las tareas del hogar, puede darles tiempo para asistir a las citas o utilizar materiales de autoayuda.
–Celebra sus éxitos: detener los comportamientos compulsivos puede ser muy difícil y llevará tiempo. Celebrar los pequeños pasos, como dedicar menos tiempo a arreglarse o realizar menos repeticiones, puede ayudar a mantener motivado a tu ser querido.
Ahora que ya conocemos más sobre este trastorno, es importante saber cuidar nuestro cuerpo y mejorar nuestro aspecto, pero siempre desde unos hábitos saludables y evitando compararnos con los supuestos cánones de belleza impuestos por la sociedad.
Recuerda que un cuerpo sano, a base de una alimentación equilibrada y una rutina de ejercicios adecuada, ya es la muestra de un cuerpo bonito, así que comienza desde hoy a construir tu canon de belleza único y personal mientras disfrutas el camino.
Bibliografía
Alonso, J. M, (2006), La adicción al gimnasio: Vigorexia o Complejo de Adonis.
Rojas Bonet, N. (2004). Anorexia, Bulimia, Vigorexia: Guía de Orientación. Alicante: Excma. Diputación de Alicante.