Andar, pasear con nuestros propios pies, sucediéndolos de manera armónica y coordinada uno tras otro, ha sido una actividad inherente al ser humano desde la antigüedad. Una necesidad vital que nos proporcionaba alimento y cobijo, ocio y reflexión. Pero en estos tiempos que corren: ¿nos hemos olvidado ya de caminar?

Si estás pensando que este es otro artículo más sobre los beneficios que tiene para salud humana andar: no es el principal objetivo de este texto, que como podrás comprobar, tiene algunos tintes filosóficos (otra asignatura, que por cierto, también está sufriendo una indeseable amnesia social).

¿Qué es pasear?

Todos sabemos a lo que nos referimos cuando hablamos de pasear o caminar. Marchar a pie. Desplazarnos con nuestros pies.

Andar es una cualidad motriz básica, que se aprende a temprana edad y que nos permite seguir descubriendo el mundo, nos proporciona un más elevado punto de vista (en bipedestación), nos libera las manos (si lo comparamos con la fase previa evolutiva, motrizmente hablando, que supone el gateo), pero ¿qué es para nosotros pasear? ¿Cuán importante es para nosotros? ¿Cuánto tiempo le dedicamos en nuestra vida y para qué fines? De nuevo preguntamos: ¿Nos hemos olvidado de pasear?

Para abordar tales cuestiones, voy a citar y recomendar la lectura del interesante ensayo titulado La vida pedestre, de Diego Clares, que se propone promover una conciencia más integral acerca de los muy diversos modos en que paseamos; para lo cual sugiere una clasificación del paseo basada en la distinción de dos elementos pedestres: la relación con el entorno y la tipología de los fines. En función de estos surgen cuatro géneros a los cuales pertenecen diversas especies de paseo: los desplazamientos, los ejercicios atléticos, los paseos subjetivos e intersubjetivos, y las exploraciones.

Además, de estos cuatro géneros de paseo, Diego Clares dedica una mención especial a los paseos negativos: la huida y la redención. Con evidentes características diferenciales, y que son una posibilidad liberadora de los aspectos negativos e insalubres que nos encontramos en el sendero de la vida.

Como os decía, no solamente vamos a ocuparnos en este artículo de los beneficios para la salud del paseo atlético, que es el que suele practicar la gente que persigue objetivos de salud, sino que vamos a intentar responder a la pregunta del título conversando de alguna manera con la obra de Diego Clares:

“La vida pedestre”, sintetiza mis preocupaciones y mis ideas acerca del paseo como actividad fundamental y transcendental de la existencia humana, como un vagabundeo enriquecedor. Esta actividad vital exige, a mi entender, un mayor compromiso que el de los fines pedestres particulares; exige mucho más que un desplazamiento y que un ejercicio atlético; va más allá del ocio y del deporte; implica más compromiso y responsabilidad que las exploraciones y los paseos tempestivos. Pues pide que todos ellos se fundan, que dejen de lado los intereses parciales y que se integren para definir nuestra existencia.

La relación que tenemos con el paseo es personal y subjetiva. Cada uno tendremos nuestra definición y nuestra relación con los caminos. Si le preguntamos a Diego ¿qué es pasear? nos dirá que:

Pasear es un ejercicio de sencillez y contemplación; de meditación y reflexión sobre el entorno y uno mismo; de alegría y entusiasmo, de ánimo, de respiración y espiritualidad; un ejercicio de aprehendizaje y olvido, de verificación y crítica; de creación artística y científica; pasear es un ejercicio de libertad e independencia.

¿Qué es para ti pasear? ¿Recuerdas su significado? ¿Lo que significa para ti?

El paseo reflexivo

Uno de los hábitos que hemos perdido (además de ser más sedentarios en la actualidad) es el de la reflexión y el pensamiento crítico:

Caminamos menos.

Reflexionamos menos.

– Y (no sé si por lo tanto, pero) también realizamos menos paseos reflexivos.

El entorno, la sobrecarga de actividades espurias, el avance de las comodidades y las nuevas tecnologías, y el marketing y la publicidad han influido en esto enormemente: pero no podemos obviar que uno de los mayores beneficios del paseo para el ser humano es el de conectar con nuestras ideas y reflexiones. Seguro que en más de una ocasión hemos sentido esa necesidad de salir a caminar para aclarar nuestras ideas y pensamientos, para darle forma a alguna obra de arte, para dibujar o escribir, para recibir inspiración, para facilitar la introspección personal… poner en marcha nuestros pies es una forma de calentar también los motores de la reflexión, la imaginación y la creatividad. Pero caminar también nos puede conducir a encontrarnos a nosotros mismos.

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El ritmo pausado y sosegado del paseo, facilita este proceso reflexivo y creativo, que por otro lado, no es compatible con actividades más exigentes como la carrera de velocidad, los deportes de contacto, el baile o el entrenamiento multicomponente, por poner otros ejemplos de los que ya hemos hablado en otras ocasiones.

Espero que estas palabras te susciten ganas de pasear, de sentir la tierra húmeda un día de lluvia, de gozar de la brisa limpia del aire de la montaña…

Conclusiones

Como bien argumenta Diego Clares: “Podemos ir a andar por muchos motivos pero, más allá de la explicación que demos, el tiempo que dediquemos es muy representativo de su verdadera importancia en nuestra vida.”

Dicho con otras palabras. Si andar es importante para nosotros: tendrá un hueco clave en nuestra agenda, y no lo relegaremos al espacio de ocio, o al hueco entre otras actividades.

Los tiempos de rapidez y velocidad que caracterizan a nuestra generación han arrasado también con la reflexión y la pausa. Con el leve aleteo de la aliteración: con la belleza.

Han mutilado los prístinos hábitos naturales del ser humano y los han intentado acondicionar a las leyes del mercado, a las tendencias sociales, a las modas y a los centros comerciales. Pero hay algunos rebeldes que se siguen haciendo preguntas. Hay algunos rebeldes que se alejan del asfalto y las luces para adentrarse en la naturaleza salvaje. Y sobre todo, sigue habiendo caminantes que reflexionan sobre muy diversos temas mientras pasean por sus senderos preferidos.

¿Crees que nos hemos olvidado de caminar?

Referencias Bibliográficas

Clares, Diego., La vida pedestre. Perintusia, 2021.